“Las nuevas
mutaciones del virus del sida aumentan su resistencia a los fármacos
Un estudio revela que el AZT ya no es eficaz
en el 10% de los nuevos casos de contagio
Madrid - 2
ENE 2002 - Diario El País.
El 90% de los
infectados por el sida no tiene acceso a medicamentos porque vive en países
pobres. Pero el 10% restante tiene una amenaza: que el virus de la
inmunodeficiencia humana (VIH) se haga resistente a los cócteles de fármacos. Y
eso es lo que está pasando. Un estudio del Centro de Control de Enfermedades de
Atlanta (Estados Unidos) ha descubierto que cerca del 10% de los nuevos contagios
se debía a virus mutados que ya eran resistentes a la zidovudina (el popular
antiviral AZT) aun antes de que el paciente empezara a medicarse.
'Si una
persona que acaba de contagiarse tiene un tipo de virus que es resistente a la
zidovudina antes de tomar esta medicación, es porque la cepa que le infectó ya
era resistente', explica el virólogo español Juan Gerardo García Lerma, del CDC
de Atlanta, autor del estudio que ha sido publicado por la revista de la
Academia de Ciencias de EE UU.
García Lerma
y sus colaboradores han investigado 630 casos de nuevos contagios entre
personas que no tomaban ningún tipo de medicamento antiviral. La explicación a
la resistencia a la zidovudina -que puede detectarse analizando el genoma del
virus- se debe a que no se han infectado por lo que se conoce como tipo
'salvaje' del virus, que es el que se da en la naturaleza. 'Estas personas han
recibido un virus ya mutado porque ha estado con anterioridad en contacto con
el medicamento', afirma el virólogo español.
La zidovudina
fue el primer medicamento que se descubrió contra el sida. Se comercializó como
Retroviral a mediados de los ochenta. 'En tan sólo 15 años, el 10% de los virus
de la inmunodeficiencia humana (VIH) presenta mutaciones que lo hacen
resistente a este tratamiento', lo que indica su rápida propagación, indican
los científicos.
Pero además,
hay otro porcentaje (alrededor del 3,5% de los casos estudiados) en que el
virus presenta una mutación que lo 'predispone' a la resistencia, según García
Lerma. Esto quiere decir que, aunque no es resistente, se trata de una forma
'intermedia' que en algún momento ha estado en contacto con el fármaco y
'recuerda' cómo debe cambiar para defenderse. Las resistencias no son sólo un
peligro para los casos de nuevos contagios. Los pacientes de los países ricos
deben cambiar periódicamente la combinación de fármacos que toman ante su
aparición. De hecho, un estudio todavía no publicado de la Universidad de
California en San Diego indica que el 75% de los casos de fracaso terapéutico
se debe a que el enfermo va agotando las posibilidades que dan las tres
familias de antivirales actualmente aprobadas por la Agencia de la Alimentación
y el Medicamento estadounidense (inhibidores de la transcriptasa -nucleótidos o
no- o inhibidores de la proteasa). 'Ya no existe tratamiento para un número
creciente de pacientes', indicó el director del estudio, Douglas Richman.
La
propagación de las resistencias indica, además de la gran capacidad de mutación
del virus, que en los países desarrollados existe una 'sensación de seguridad',
según ONU sida. Por ello, se abandonan las prácticas de protección. Esta falsa
tranquilidad se da 'sobre todo en jóvenes que no han vivido la mortalidad
debido al sida y que creen que la enfermedad es curable'.
Además de las
resistencias, los enfermos de sida de los países desarrollados se enfrentan a
otros peligros, como los efectos secundarios de los medicamentos y la
prevalencia de enfermedades asociadas. Un estudio de los médicos de la unidad
de Enfermedades Infecciosas del hospital Gregorio Marañón de Madrid Juan
Berenguer y Juan Carlos López Bernaldo de Quirós señala que un 10% de los
ingresos hospitalarios de enfermos de sida se debe a la hepatitis C. Según el
libro Hepatitis C en pacientes infectados por VIH de estos dos autores,
aproximadamente el 90% de los enfermos que se contagiaron por compartir
jeringuillas y el 5% de los enfermos que se infectaron por otras causas son
portadores del virus de la hepatitis C (VHC). 'La mayor supervivencia de los
enfermos de VIH ha favorecido la latencia del VHC, que se sitúa en unos 20
años', declaró Berenguer. 'De esta forma, se calcula que en 2015 se registrarán
las cifras máximas de afectación', indicó.”
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